sábado, 20 de noviembre de 2010

Ocaso: un amor imposible, capitulo 7, regreso

hola aquí esta el séptimo capitulo de OCASO: un amor imposible, espero que les guste, dejen su comentarios. GRACIAS POR LEERLO.

Todos y cada uno de los personajes aquí mencionados son propiedad de STEPHENIE MEYER.

MÚSICA:

puedes escuchar esta música mientras lees el libro, en ese orden, te lo recomiendo.

Taylor Swift - The Way I Loved You
Taylor Swift - You Belong With Me


OCASO: un amor imposible
Escrito por: Magaly Fraga

CAPITULO 7
REGRESO


Cuando regresamos a casa, me reí al ver una gran fila de hombres, desesperados, parados en la entrada.

Me sentí un poco incomoda al ver el recibimiento que les daban a sus respectivas parejas, después de eso, nos ayudaron a bajar las cosas.

-¿Esto es todo lo que compraron? –nos preguntó papá, un poco sorprendido, al ver las cosas que teníamos en el auto.

-No –dijo mi tía Alice– lo demás lo traen mañana.

-Tanta moderación ya me había preocupado –le dijo mi tío Jasper, mientras de daba un beso en la coronilla.

-Bueno, voy a dejar mis cosas –les dije.

-Ve, en un momento te alcanzamos –me dijo mamá.

Al llegar a la cabaña, percibí el aroma de Jacob, aunque, tal vez mi mente me estaba jugando una mala pasada y mi necesidad de verlo se estuviera convirtiendo en obsesión.

Estaba lloviendo a cantaros, parecía que el cielo solo estaba esperando a que entrara a la cabaña para comenzar a llover.

Me fui directo a mi cuarto –sin ver nada más– entre a mi colosal closet y acomode lo que había comprado, por color y tamaño. Hice espacio para lo que faltaba, quitando y guardando en unas bolsas mis cosas de cuando era niña.

En un cajón más pequeño, guarde la joyería y me sorprendí al ver que aun tenía el regalo que Aro le había dado a mi madre.

Me demore acomodando todo, pero, solo porque no quería salir y echar a perder mi abrigo favorito.

Cuando salí de mi closet, para acomodar mis perfumes en el tocador, vi que mi ventana estaba entreabierta y me di cuenta de que entre los cojines de mi cama estaban escondidas 2 hermosas rosas blancas.

Ya sabía quién las había dejado, pero de todas formas las tome y las olí, para mí, Jake olía muy bien, pero para mí adorada familia, no era así.

Me dieron muchas ganas de ir a verlo, salí de mi cuarto para ir a decirle a mis padres que iba a visitar a Jake, pero, no fue necesario ir hasta la casa de mis abuelos ya que mis padres iban entrando con miles de bolsas en sus manos –afortunadamente habían esperado a que se pasara la lluvia para no mojar las cosas.

-Huele a perro mojado –dijo mi papá realmente enojado, al cruzar el umbral de la puerta.

-¿Jacob estuvo aquí? –me preguntó mamá al ver las rosas que tenía en la mano.

-No, ahorita no, solo dejo esto sobre mi cama.

Mi papá puso mala cara al imaginarse a Jacob en mi habitación, mientras que a mí, esa idea me resultaba de lo más fascinante.

Su ceño se profundizó más y en ese momento supe que otra vez había leído mis pensamientos, así que me puse roja como tomate.

-Me gustaría ir a visitarlo, ¿Puedo?

-Sí, pero no te tardes, ¿De acuerdo? –dijo mamá ya que mi padre se había quedado sin habla.

Me fui a cambiar a mi habitación y me puse algo más cómodo para correr, la verdad, se me hacia una exageración conducir hasta la Push, porque, corriendo llegaría más rápido.

Me puse un pants negro, una playera azul, mis tenis preferidos y me hice una coleta. En cuanto me despedí de mis padres, salí corriendo.

Me molestaba ensuciarme, pero, era inevitable, la terrible tormenta de hace unos minutos había dejado mucho lodo a su paso.

Se me hiso muy raro no encontrarme a ninguno de los lobos en el camino, tal vez estén en la casa de Emily asaltando la cocina –pensé.

Cuando llegue a la casa de Jake, las luces estaban encendidas –era un poco tarde– así que, me acerqué a la puerta. Me alegraba volver a verlo, quería contarle acerca de la gran noche de ayer, pero sobre todo, quería decirle lo mucho que lo había extrañado.

Por la emoción, no había percibido el efluvio humano que emanaba del interior de la cabaña, sabía que no era de Billy o Rachel, entonces ¿De quién era ese efluvio?

Toque la puerta, esperaba no ser inoportuna, pero, en el mismo instante en el que la puerta se abrió, me arrepentí de haber ido.

Nunca, ni en mi más loco y atolondrado pensamiento, me hubiera imaginado, con lo que me iba a encontrar.

...............espero que les haya gustado..............
tenia que escribir este capitulo (aunque es muy corto) porque de esta forma explicaría algunas cosas.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Ocaso: un amor imposible, capitulo 6, seattle

hola aquí esta el sexto capitulo de OCASO: un amor imposible, parte 1, espero que les guste, dejen su comentarios. GRACIAS POR LEERLO.

Todos y cada uno de los personajes aquí mencionados son propiedad de STEPHENIE MEYER.

MÚSICA:

puedes escuchar esta música mientras lees el libro, en ese orden, te lo recomiendo.

Katy Perry - Teenage Dream
David guetta -Getting Over you


OCASO: un amor imposible
Escrito por: Magaly Fraga

CAPITULO 6
SEATTLE


Al amanecer, Jacob se despidió y se marchó. Mi tía Alice me prestó un conjunto muy bonito, porque, gracias a mi escaso guardarropa –aquí en Forks– no tenía que ponerme.

Como me quede en la casa de mis abuelos, me bañe en el cuarto que había sido de mi padre y después me puse un pantalón gris oxford, con una blusa rosa, una gabardina y zapatillas negras.

Cuando baje a la sala ya todas estaban listas, mi tía Alice tenía un pantalón negro, con una blusa azul cielo, mi tía Rosalie llevaba un vestido de seda color marfil, mi abuelita Esme un traje beige con una blusa negra y mi mamá usaba una blusa azul marino con un pantalón blanco –creo que mi tía Alice había intervenido en ese atuendo–, todas llevaban abrigos y zapatillas acorde con sus atuendos, no era necesario vestirse tan formal para ir de compras pero si alguien llegaba a verlas tenían que aparentar más edad de la que en realidad tenían.

Los hombres no se quedaron atrás, pero, como ya les habíamos dicho que ellos se quedarían mientras nosotras íbamos de compras, decidieron ir al Monte Rainier por unos osos, así que, la casa se quedaría sola ese día.

Mi abuelita Esme y mi mamá se iban a ir en el M3 de mi tía Rose.

Mi tía Alice y yo nos fuimos en su Porsche, conecte mi iLapOp a su carro y fuimos cantando todo el camino, no eran las más nuevas, pero, aun así eran nuestras favoritas. Escuchábamos de todo, tanto aristas estadounidenses como mexicanos e incluso japoneses y lo mejor de todo era que nos sabíamos las letras a la perfección, gracias a que mi padre me había enseñado todos y cada uno de los idiomas que el sabia y vaya que eran muchos.

Cuando estábamos a la mitad de una canción –Teenage dream de Katy Perry– mi teléfono sonó.

-Hola Nahuel –conteste antes del segundo timbre.
Sabía exactamente quien era ya que cada uno de mis contactos tenía una melodía diferente.

-Hola Nessie.

-¿Cómo estás?

-Bien, solo quería disculparme por no poder ir a la boda de Kate y Garrett, intente comunicarme con todos pero hasta ahorita entro la llamada.

-No te preocupes Nahuel y perdón por no atender tus llamadas pero mi batería se acabo, en cuanto a los demás, no se que pudo haber pasado, pero, tal vez se deba a que la señal en nuestra casa de Juneau no es muy buena.

-Si lo sé, además se me perdió mi iLapOp y no he tenido tiempo para checar el correo que me mandaste con el nuevo número de tu casa.

-¿Cómo fue que lo perdiste?, los vampiros no perdemos nada.

-Es que anduve haciendo unas cosas, por eso no fui a la boda y en uno de los viajes que hice, lo perdí.

-¿Viajes? –le pregunté, se me hiso muy raro que no me contara nada, es uno de mis mejores amigos.

-Si Nessie, no te lo había dicho porque no estaba seguro, pero ahora….

-¿Qué pasa Nahuel?, ya sabes que puedes confiar en mi ¿Verdad?

-Sí, lo que pasa es que antes de que los vulturis fueran por mi padre Joham, el creo, por así decirlo, mas semi-vampiros.

-¿Más? –le dije algo exaltada.

-Sí, un hombre y una mujer, aunque de sus madres no sé nada, me imagino que tuvieron el mismo final desafortunado que las anteriores.

-¿Los encontraste?

-No, lo único q se es que existen.

-¿Cómo lo sabes?

-Mis otras hermanas me lo dijeron.

-Entonces no están con ellas

-No –me dijo, estaba realmente triste- ellos se fueron porque no les gustaba el estilo de vida de las demás.

-¿Te dijeron en donde podías encontrarlos?

-No, no saben nada de ellos desde que se fueron.

-Pero, ¿Saben de ti?

-No, mis hermanas nunca les dijeron nada, de hecho tienen tu edad Nessie, pero si ellas les hubieran dicho de mi estilo de vida, estoy seguro que habrían ido conmigo, pude haberlos orientado, pero sobretodo, pude haberlos ayudado en el proceso.

-Nahuel, no es tu culpa.

-Lo sé, pero, no dejo de sentirme mal por ellos.

-No te preocupes, los encontraremos –pobre de mi amigo, estaba realmente triste, tenía que hacer algo por él.

-Y tú, ¿Cómo estás? –me preguntó.

-Bien, mi familia y yo venimos de viaje a Forks por unas semanas.

-Oh, qué bien, yo estoy en México, decidí tomar un descanso antes de regresar a Canadá –Nahuel y su tía Huilen se mudaron de Brasil a Canadá hace 3 años.

-Entonces puedes pasar a vernos y no me puedes decir que no….eh

-Está bien, pasado mañana estaré dándote lata en Forks –me dijo en tono de broma.

-¿Pasado mañana?

-Sí, todavía tengo que arreglar unas cosas.

-Ok, nos vemos.

-Cuídate Nessie.

-Tú también.

Colgué.

-¿A dónde crees que estén? –le pregunte a mi tía Alice, gracias a su oído tan fino, pudo escuchar toda la conversación.

-No tengo ni la menor idea, ya sabes que no puedo ver tú futuro y por consecuencia tampoco el de ellos, pero espero que no sean tan estúpidos como para hacer algo malo y que los vulturis los busquen.

De solo pensarlo un escalofrió recorrió mi cuerpo, me puse a pensar en lo confuso de lo que me había contado Nahuel, ¿Por qué sus hermanas no se lo contaron antes?, ¿Por qué los escondían?


Cuando llegamos a Seattle nos dirigimos a una de mis tiendas favoritas, D&G, nos probamos de todo, blusas, chamarras, pantalones y zapatos, incluso compramos algunos bolsos.

Fuimos a otra tienda –una de las preferidas de mi tía Alice- obviamente la ropa era muy elegante, compramos vestidos, gabardinas y joyas, mis favoritas eran las que tenían zafiros.

Mientras recorríamos Seattle, mi tía Rose entró a una tienda con ropa muy hermosa –Dior– así que las demás la seguimos.

-Mira Nessie, esto es perfecto para ti –me dijo mientras sostenía una gabardina negra, con un fino decorado de diamantes en el borde.

-Es muy lindo.

-Si lo quieres es tuyo, ten –me dio su tarjeta de crédito– cómpralo.

-No tía, no puedo aceptarlo –aunque me duela aceptarlo a veces me comportaba como mi madre.

-Hay Renesmee, ¿Por qué?

-Porque debe ser muy caro.

-Ya sabes que eso no importa, así que, este abrigo, será uno de tus regalos de cumpleaños.

-Pero….

-Pero nada y no lo rechaces porque eso si me haría sentir mal.

Era inútil discutir con alguna de mis tías.

Nunca me había faltado nada, siempre tuve todo lo que quise con tan solo pedirlo, algunas veces me ponía a pensar en el futuro, en la universidad y todos los cambios que tendría que pasar.

Una de las razones por la que quería estudiar en Canadá, era tener un poco de independencia, ser autosuficiente.

La preparatoria la curse en Juneau, mis padres me apoyaban en los días más difíciles de la escuela, cuando la mayoría de mis compañeros me rechazaban, ya sea por mi exagerada belleza o porque su instinto les decía que era peligrosa, claro Ashley era la excepción, ella era una de mis mejores amigas.

En la universidad, todo iba a ser distinto, mis padres estarían lejos, ¿Quién me iba a abrazar cuando lo necesitara?, ¿Quién me iba a ayudar con mis problemas existenciales?, pero, eso era lo que había elegido, quería demostrarles, pero, sobre todo, demostrarme a mi misma de lo que era capaz, tenía que salir adelante sola.

Mi padre tenía una casa en Vancouver, así que, el asunto del hospedaje estaba solucionado. Faltaban pocas semanas para irme a la universidad, pero, antes de irme, tenía que decirle a Jacob lo mucho que lo amaba, sí, el tenía que saberlo y así tomar una decisión.

Solo estaba segura de 3 cosas, la primera, Jacob me quería –aun no se a que grado, pero, sé que es así–, segunda, estaba loca y perdidamente enamorada de él, tercera, si me rechazaba, estaba dispuesta a hacerme a un lado para que fuera feliz con alguien más.

No sé si podría vivir sin él, pero, si esa era su decisión, tendría que aceptarla.

-Listo –me dijo mi tía Rose cuando la vendedora le entrego la bolsa con mi abrigo.

Salimos de la tienda y llevamos las cosas a los coches, no estaba muy convencida de que cupiera todo, pero, así fue.

Me faltaba conocer más a fondo Seattle, era una ciudad hermosa, mágica y por las noches, deslumbrante.

Mi familia y yo dimos un paseo, aunque ya era tarde, nosotras podíamos ver todo con claridad.

Nos faltaba mucho por comprar. Ya era tarde y las tiendas estaban cerrando, nos hospedamos en un hotel muy lujoso, no era necesario, pero, lo más importante son las apariencias, además sus respectivas parejas no estaban en la casa, así que, ¿Qué caso tenia regresar hoy?

-Nessie –me dijo mi tía Alice– ¿quieres conocer el verdadero Seattle de noche?

-¿Qué estas pensando Alice? –le preguntó mi mamá.

-Nada malo Bella, pero, si va a ir a Vancouver, es necesario que conozca bien el movimiento de una ciudad, ¿No crees? –le respondió.

-¿A dónde tienes planeado ir? –le pregunté a mi tía.

-¿Qué te parecería una noche de fiesta?

-¿Fiesta?

-Pero si apenas es una niña Alice –le dijo mi abuelita Esme.

-Hay no empiecen con eso, vamos, será muy divertido –dijo mi tía Rose.

-No sé, tal vez no sea conveniente –dijo mamá.

-Bella, no va a pasar nada, ni que fuera un lugar de perdición o algo parecido, por una vez, relájate y disfruta –dijo Alice.

-No me gusta divertirme sin Edward, además ya sabes que nunca me han gustado las fiestas.

-Sí, vayan ustedes –dijo mi abuelita Esme– Bella y yo nos quedamos.

-Pero, ¿Qué van a hacer aquí solas? –les preguntó mi tía Rose.

-Platicar, ver televisión o cualquier otra cosa.

-Ustedes sí que actúan como mujeres mayores, que aburridas –les dijo mi tía Alice– bueno, pues si ustedes no quieren ir, iremos nosotras.

-Rosalie, te encargo a Renesmee, porque, Alice es un poquito irresponsable –nunca me imagine que mi mamá aceptara.

-Claro Bella.

Nos arreglamos para salir. Mi tía Rosalie se puso un vestido negro, muy entallado, que le llegaba hasta las rodillas y solo tenía un tirante de diamantes, mi tía Alice se puso un vestido de tirantes, color verde botella, que tenía una abertura en la pierna izquierda y yo escogí un vestido strapless color azul marino.

Nos fuimos en el coche de mi tía Rosalie, no sin antes recibir mil y un indicaciones de mamá.

Llegamos a un lugar muy bonito y moderno, llamado Trinity Night Club, el ambiente era muy bueno y la iluminación también.

Al parecer iban a tocar algunas bandas, había un letrero que decía WAR, todos gritaron eufóricamente cuando el presentador decía 2da llamada y gritaron aun mas cuando dijo tercera llamada, comenzamos.

No entendía esa euforia desmedida, ¿Qué les pasaba?, estaban como poseídos, ¿Qué bandas iban a tocar para que estuvieran de esa forma?

De pronto, cuando anunciaron a la primera banda, entendí todo y me puse a gritar como loca, perdí el estilo, pero, la verdad, amaba a MUSE –por supuesto, también a su vocalista– me puse a cantar –sin importarme nada –Neutron Star Collision.

-¿Sabias de esto verdad? –le pregunté a mi tía Alice.

-Claro, sino no te hubiera traído –me dijo mientras me guiñaba un ojo.

-Ahora entiendo todo, por eso no pusiste un pero en retrasar el viaje de compras.

-Tanta amabilidad no es propia de Alice ¿Verdad? – me dijo mi tía Rosalie.

La velada estuvo llena de sorpresas, mi grupo favorito –MUSE– fue la sensación, pero no solo estuvieron ellos, como el nombre de el concierto decía, era una guerra –WAR– de talentos, muchos de mis artistas preferidos desfilaron por ese escenario, entre ellos estaban Tokio Hotel, Nirvana, The Doors, The Kings Of Leon, The Killers, Katy Perry –me reí al recordar que en la mañana veníamos cantando una canción de ella, Teenage Dream–, lo que más me gusto fue que los artistas fueran internacionales, me gustaba la variedad.

Shakira cantaba muy bien y ni hablar de sus coreografías, Pitbull, tan original como siempre, Paty Cantú, de México, fue una de las más coreadas y los dúos de David Guetta, eran asombrosos, Beyonce, Madonna –que ya no era una jovencita, pero seguía en el gusto del público– y Lady Gaga, fueron las que más se lucieron, claro, Lady Gaga tenía un estilo inigualable. Black Eyed Peas, fue una de las bandas más esperadas, Ke$ha y Taylor Swift, no se quedaron atrás.

Bailamos, reímos y cantamos como nunca, lo único desagradable, como siempre, fue el olor de la sangre, claro, no me molestaba como antes, pero, era un poco incomodo.

Salimos de Trinity Night Club a las 3am y nos fuimos directo al hotel.

Mi mamá y mi abuela estaban en el balcón platicando.

-¿Cómo les fue? –nos preguntó mamá, al vernos entrar a la suite.

-Genial –le dije– no me lo vas a creer, pero, ha sido una de las mejores noche de mi existencia.

Les mostré cada detalle de lo que había pasado esa noche hasta que me quede dormida.

Al día siguiente nuestro viaje de compras continuo por Versace, Banana Republic y obviamente por Victoria´s Secret, fue algo vergonzoso cuando mi tía Alice me dio una bolsa pequeña, que contenía un conjunto muy bonito, pero lo malo –o lo bueno– es que la tela, había sido sustituida, casi totalmente, por pedrería, aun que a decir verdad, el conjunto era de un color rosa muy bonito.

Tuvimos que pedir que algunas cosas –la mayoría– fueran enviadas por paquetería, porque, en los carros, ya no cabía ni un solo diamante más.

Decidimos regresar a casa después de vaciar –literalmente– las tiendas de ropa, porque, todas extrañaban a sus respectivas parejas, incluyéndome –aunque Jacob solo era mi amigo– lo bueno que mi papá no estaba aquí para leerme la mente.
..................................espera el próximo capitulo.......................................

¿con que se encontrara Nessie?

martes, 2 de noviembre de 2010

Ocaso: un amor imposible, capitulo 5, reencuentro

hola aquí esta el quinto capitulo de OCASO: un amor imposible, espero que les guste, dejen su comentarios. GRACIAS POR LEERLO.


Todos y cada uno de los personajes aquí mencionados son propiedad de STEPHENIE MEYER.

MÚSICA:

puedes escuchar esta música mientras lees el libro, en ese orden, te lo recomiendo.

Adamo- En tus sueños
Aleks Syntek -Mas de 1000 años
Jason Mraz y Ximena Sariñana -Suerte 
Axel Fernando - Mi vida eres tu

OCASO: un amor imposible
Escrito por: Magaly Fraga

CAPITULO 5
REENCUENTRO



A la mañana siguiente, me levante y abrí mi ventana, no lo podía creer, había una rosa muy bonita, Jacob aun recordaba nuestra vieja costumbre, había estado aquí,  velando mi sueño,  como hace 4 años, se me escapo una lagrima, pero, no de tristeza, sino de alegría.

Tome un baño, adoraba sentir el agua sobre mi piel, después, me puse el único cambio de ropa que había traído, unos jeans, con una blusa azul turquesa, una gabardina negra y unas botas negras.

Cuando Salí de mi cuarto, vi a mis padres en la sala, sentados uno frente al otro, tomados de las manos, se veían muy felices, ¿Qué me había perdido?, ¿Qué había pasado anoche?, pff …..no quise ni imaginarlo.

Mi padre volteo a verme con una enorme sonrisa, supuse que había leído mis pensamientos.

   -Hola Renesmee como dormiste –me preguntó mi mamá.

   -Bien, gracias –le dije.

   -¿Nos vamos? –pregunto papá, otra vez leyó mis pensamientos....pff.... que pena.

        Sabia que tenía hambre, hace una semana fui a cazar con Jake, pero con lo de la boda, mi cuerpo había consumido todo más rápido.

   -Sí, claro –le dije algo apenada.

        Fuimos a la casa de mis abuelos, no tenía ganas de salir a cazar y no porque no me gustara –era una de mis cosas favoritas- sino porque Jake no tardaba en llegar para nuestro tour por el nuevo Forks.

        Cuando llegamos, saludamos a todos, cada quien estaba haciendo algo totalmente diferente, Carlisle había salido con Esme, Rosalie se estaba maquillando mientras Emmett veía televisión, mi tío Jasper estaba jugando ajedrez y  Alice estaba en la computadora.

        Mi padre fue directo a la cocina a prepararme algo de desayunar y no es porque no supiera hacerlo sola, pero la verdad mi padre cocinaba muy rico, mi madre y yo nos quedamos viendo el nuevo diseño de mi tía Alice.

        Comí todo lo que papá preparo, estaba delicioso.

   -Hola chicos –reconocería esa voz a kilómetros de distancia.  

        Jacob acababa de entrar, justo a tiempo como lo había prometido.

   -Hola Jake –dije inmediatamente.

   -¿Estas lista Nessie? –me preguntó.

   -Claro –le dije– estoy lista para la gran aventura.

   -¿A dónde van? –nos preguntó mi tío Emmett.

   -Jacob prometió darme un tour por Forks.

   -¿Qué paso con el viaje de compras? –me preguntó mi tía Alice.

   -Cierto, lo había olvidado –le dije– perdón.

   -Está bien Nessie, podemos ir mañana.

        Me sorprendió que mi tía accediera tan fácil, generalmente se hacia lo que ella quería y se enojaba si no era así y más si tenía algo que ver con la moda.

   -Pero no tengo ropa para mañana -le dije.

   -No te preocupes, te puedo dar algo de ropa, deje muchas cosas que aun podemos usar.

   -Bueno, problema resuelto –dijo Jake– ¿Nos vamos?

   -Sí, nos vemos, adiós –fue lo único que pude decir, porque Jake me llevaba jalando.

   -Jacob espera –dijo mi papá.

        Pff…. ¿Ahora qué?

   -¿Qué pasa Edward? –le preguntó Jacob, haciendo eco de mis pensamientos.

   -¿Van a ir corriendo?

   -Sí.

   -Mejor llévense el Mercedes Guardián de Bella, creo que aun esta en el garage, espero que funcione, hace mucho tiempo que nadie lo usa.

   -¿Enserio?

   -Sí, la gente sospechara si van corriendo a más de 300 km por hora ¿No crees?,  ademas no creo que sea muy comodo correr con esas botas -me dijo mi papá.

   -Cierto –le dije entre risas.

        Afortunadamente el coche servía a las mil maravillas.

        Había muchas tiendas de ropa, pero, obviamente mi familia no podía comprar en Forks ya que los podrían reconocer.

No conocía muy bien Forks a pesar de haber vivido aquí tantos años, solo salía cuando íbamos a visitar a mi abuelo Charlie, ya que nadie podía saber de mi, al principio mis padres dijeron que si alguien me llegaba a ver, les iban a decir que era la sobrina perdida de mi padre –el parecido era excesivo– pero, no fue necesario, todos creían que mis padres estaban estudiando en Alaska y cuatro años más tarde nos fuimos.

   -Jake, ¿Podemos entrar a comprar algo? –le pregunté cuando pasamos frente a una tienda de discos.

   -Sí, vamos.

La tienda era muy moderna, con luces de colores, sillones de piel y estantes de cristal, fuimos directamente a la letra M.

   -¿Muse? –me preguntó.

   -Sí.

   -Pero, pensé que ya tenias todos –me dijo.

   -Este es el nuevo, me sorprende que lo tengan aquí, lo iba a comprar en Alaska, pero, con los preparativos de la boda, no tuve tiempo.

   -Te dije que Forks ha cambiado mucho.

        Nos dirigimos a la caja para pagar el disco.

   -Buenos días –nos dijo la cajera– ¿Encontraron todo lo que buscaban?

   -Sí, gracias.

        Jake pago el disco, en contra de mi voluntad, salimos de la tienda y caminamos sin rumbo fijo, íbamos platicando de que Ian, el pequeño hijo de Rachel y Paul, no dejaba que Jacob saliera y lo seguía a todos lados, a pesar de que tenía 2 años, era como su mejor amigo, incluso Jake –como siempre– bromeaba con Paul, acerca de la manada que escogería Ian, si es que algún día se convertía en metamorfo ya que lo traía en la sangre.

   -¿Quieres un café? –me preguntó Jake.

   -¿Un capuchino?

   -claro –me dijo– de moka.

        Entramos a una cafetería muy bonita, Jacob pidió nuestros capuchinos, pagó y nos fuimos a sentar al fondo en unos sillones de cuero color café.

        Entro una pareja con un niño, no eran muy grandes, tendrían entre 25 ó 30 años, no me habría fijado en ellos si su mirada no hubiera estado fija en mi rostro, ya estaba acostumbrada a ese tipo de miradas, pero, me sentí realmente intimidada, no dejaron de verme ni cuando nuestras miradas se cruzaron y lo peor de todo es que veían a Jake como si lo conocieran de algún lado.

   -Rayos –dijo Jake.

   -¿Qué pasa? –le pregunté.

   -Tenemos que irnos.

   -¿Por qué?

   -Ellos conocen a tus padres y pueden notar el parecido.

   -Creo que ya lo notaron, pero, vámonos.

        Nos paramos y fuimos directo a la puerta.

   -Disculpa –nos dijo la mujer.

        Volteamos lentamente y nos enfrentamos a su mirada especulativa.

   -Perdón, pero, me pareces conocida, tus ojos, tu pelo, creo haberte visto antes, pero no se en donde.

   -No la conozco, es la primera vez que la veo –le dije amablemente.

   -¿Conoces o eres algo de los Cullen?

   -Sí.

   -Disculpa, soy una grosera por no haberme presentado antes, soy Jessica –me dijo– Jessica Stanley, él es mi esposo Mike Newton y mi hijo Justin.

   -Mucho gusto, mi nombre es Renesmee y el es….

   -Jacob –dijo Mike.

   -Hola –les dijo Jake, parecía que Mike no era de su agrado.

   -¿Qué eres de los Cullen? –me preguntó Jessica.

   -Soy la prima de Edward, Alice y Emmett.

Me resultada extraño decirle Edward y no papá, pero, esa era la historia que habíamos contado en Juneau.

   -Te pareces mucho a Edward.

   -Sí, eso me han dicho.

   -¿Cómo están Edward y Bella? –preguntó Jessica y por alguna extraña razón, Jake se puso algo nervioso.

   -Bien –le dije– están en Juneau.

   -¿Todavía están en Alaska? –Preguntó Mike– me resulta difícil de creer, a Bella no le gusta el frio -¿Por qué conocía tan bien a mi madre?, ¿Por qué Jacob estaba tan nervioso?

   -Sí, pero se acostumbró.

   -Bueno, tenemos que irnos –dijo Jake.

   -Claro, vayan y salúdenlos de nuestra parte –nos dijo Jessica.

        Nos despedimos de ellos y fuimos al Mercedes, Jake estaba muy serio.

   -¿Qué pasa? –le pregunté.

   -Nada.

   -¿Por qué no querías que platicara con ellos?, me aparecieron realmente agradables.

   -No es nada, olvídalo, ¿Quieres ir a ver a los chicos de la manada? –me preguntó, cambiando radicalmente de tema.

   -Claro.

        Fuimos directo a la casa de Jake, estacionamos el carro y bajamos.

   -Hola Nessie, tanto tiempo sin verte –me dijo Billy en cuanto entramos a la casa.

   -Lo mismo digo, aunque sigues tan fuerte como siempre –no le gustaba que le hablara de usted.

   -Que va, la edad está acabando conmigo.

   -Para nada.

   -Hola pequeña semi-vampira –me dijo Paul.

   -Hola Paul, no has cambiado nada –le dije.

   -Tan irritante  como siempre, ¿Cierto? –me preguntó.

        No pude contestar ya que me ganó la risa.

   -Bienvenida –me dijo Rachel, iba saliendo de la cocina.

   -Gracias.

   -¿Van a ir a ver a los demás? –nos preguntó Billy.

   -Sí –le dijo Jacob– ¿Sabes en donde andan?

   -Están en la casa de Sam y Emily, nos invitaron a comer, ya vamos para allá, ¿Vienen?

   -Sí, claro

   -Jake, a mi no me invitaron, no sé si sea bienvenida.

   -No seas tonta Nessie, eres parte de la familia –me dijo Paul, Jake se le quedo viendo de una forma muy extraña y Paul ya no dijo nada más.

        Fuimos a la casa de Sam y Emily, Paul, Rachel, Ian y Billy, se fueron en el carro de Jacob y nosotros en el Mercedes.

        La casa de Emily era pequeña, pero, muy acogedora, todos los que conocía estaban allí, Seth, Quil, Embry, Leah, Jared, Kim, Collin, Brady, Sam, Emily y los pequeños Eithan y Jamie. No se sorprendieron al verme, supongo que    Sam ya les había dicho que mi familia y yo estábamos aquí.

   -Hola Nessie –me dijo Seth mientras corría a darme un abrazo, ya no era el niño que recordaba, ahora era todo un hombre, incluso era mucho más alto que yo.

   -Hola Seth, me alegro de verte y también a todos ustedes –les dije– espero que no les moleste que haya venido sin avisar.

   -No te preocupes, estás en tu casa –me dijo Sam– y serás bienvenida cuando así lo desees.

   -Gracias.

   -Nos da mucho gusto tener te de vuelta –me dijo Emily- aunque solo sea por unos días, Jake nos dijo que vas a ir a la universidad.

   -Sí, voy a estudiar diseño de modas en Vancouver.

   -Que bien, así podrás diseñarles algo para que cuando se transformen no destrocen toda la ropa –me dijo Kim en tono de complicidad.

        Obviamente todos escucharon gracias a su oído tan agudo y comenzaron a reír, incluso Leah.

        El reencuentro con mis amigos fue inolvidable, cuando estaba con ellos, sentía que estaba en mi hogar, platicamos, comimos, reímos e incluso jugamos, las carreras eran nuestro pasatiempo favorito, claro no era algo que los humanos pudieran hacer, pero, a nosotros nos encantaba correr a mas de 300 km.

   -Nessie, ya es tarde, tengo que llevarte a casa, sino Edward no te va a dejar salir después.

        Hice un puchero pero sabía que Jake tenía razón.

   -Bueno, chicos ya me tengo que ir –les dije– fue genial pasar el día con ustedes pero ya es tarde.

   -No, quédate un rato mas –me dijo Seth.

   -Me encantaría, pero ya saben como es mi papá.

   -¿Vas a venir mañana? –me preguntó Kim, la esposa de Jared.

   -No, le prometí a mi tía Alice que iría de compras con ella a Seattle, pero, el miércoles me van a tener por aquí.

   -Bueno, entonces, cuídate y disfruta de tu viaje –me dijo Emily.

   -Gracias.

        Jake me acompaño hasta mi casa, no sé porque no me dejaban manejar, tal vez sea porque los que me enseñaron habían sido mi tío Emmett y mi tía Alice, pero, la verdad, ellos no manejaban mal, solo un poco rápido.

        Cuando llegamos a mi casa, me sorprendí mucho al no ver movimiento en el interior.

   -¿A dónde están todos? –le pregunté a Jake.

   -No lo sé, vamos a ver.

        Cuando bajamos del coche supimos en donde estaban –gracias a su olor– fuimos al patio trasero y todos estaban sentados en el pasto, con sus respectivas parejas, en frente de una fogata, escuchando música muy linda.

   -Hola, es un poco tarde ¿no creen? –dijo mi papá.

   -Sí, lo sé papá, pero, no vas a creer todo  lo que pasó hoy.

        De pronto su mirada cambió al leer mis pensamientos.

   -¿Cómo es posible?, ¿Estás segura de que te creyeron?

   -Sí.

   -¿Hola? –dijo mi tío Emmett– aquí estamos eh, ¿Qué paso?

        A mi familia no le gustaba ese tipo de conversaciones mentales.

   -Renesmee y Jacob, vieron a Jessica y a Mike.

   -¿Qué? –preguntó mamá.

   -Se los encontraron en una cafetería y les preguntaron por nosotros.

   -¿De verdad? y ¿Cómo están?

        Me acerque a los demás para contarles mi historia, mientras que mi papá hablaba con Jacob. A mi mamá le gusto saber que sus amigos –como ella me había dicho– estaban casados y habían tenido un hijo.

        Estuvimos viendo como se consumían los leños y solo pude escuchar una parte de la conversación de mi padre con Jake.

   -¿Estás seguro de que no le contaron nada de lo que paso hace años? –le preguntó mi padre.
   -No, no le dijeron nada, tranquilízate Edward, además te prometí esperar para contarle la verdad acerca de nosotros 3.

   -Y espero que lo cumplas, no sé cómo va a reaccionar cuando se entere.

        ¿Qué era lo que me ocultaban? y ¿Por qué lo hacían?

        Jake y mi padre vinieron a sentarse cerca de mi madre y de mí para sentir el calor de la fogata.

   -Mira –me dijo Jacob– hay luna llena.

   -Se supone que ahora debes transformarte –le dije en broma.

   Muy graciosa Nessie –me dijo antes de hacerme cosquillas– esa noche no dormí,  porque Jacob se quedo allí con nosotros – ¿Cómo dormir cuando el amor de mi vida estaba allí? – me sorprendió que mis padres no dijeran nada al respecto.


----------------------------------------no te pierdas el próximo capitulo----------------------------------------
¿que le ocultaran a Nessie?
¿que pasara en el viaje a Seattle?

espero que les haya gustado^^

Magaly fraga